sábado, 17 de octubre de 2009

La Catedral de Mérida.




















Es la primera que se construyó en América en tierra firme -más antigua que ella es la edificada en la isla de Santo Domingo-, y se levantó entre los años 1562 y 1598, luego que fue autorizada por el Papa Pío IV.
Durante su histórica visita a Yucatán, en agosto de 1993, Su Santidad Juan Pablo II oró en ese templo.
La S.I. Catedral tampoco se salvó de las mutilaciones que han afectado los predios de la Plaza, pues perdió su enverjado donado por la emperatriz Carlota Amalia y las capillas de San José y Del Rosario que tenía en el costado sur y eran enlace con el Palacio Episcopal, luego convertido en el Ateneo Peninsular.
Durante el gobierno de Salvador Alvarado esas dos construcciones dejaron su lugar al Pasaje de la Revolución, que ostentaba sendos arcos en las calles 60 y 58 y techo de cristal y hierro. En 1915, el mismo año en que fueron derribadas la sacristía y la capilla, el templo fue saqueado; valiosos tesores de la Catedral fueron robados o destruidos.
Dirigió la construcción del templo el Arqto. Pedro de Aleustia, quien no pudo terminarla porque falleció; la concluyó el Arqto. Juan Miguel de Agüero. Con el paso del tiempo se le agregaron las capillas anexas.
Su arquitectura es de estilo renacentista, sus torres sobrepasan los 40 metros de altura, posee una cúpula adornada con arcos botareles y se conserva parte del reloj que durante mucho tiempo sirvió para dar la hora a los meridanos. En su interior gruesas columnas dividen la nave central de las laterales, y da la bienvenida el Cristo de la Unidad, esculpido en madera en los años sesenta por Ramón Lapayese del Río.
El interior ha variado poco. Entre los cambios de importancia está la construcción del coro, en 1900, por el Ing. Manuel de Arrigunaga.
La "Puerta del Perdón" es la mayor de las tres entradas de su fachada y es vigiladas por las esculturas de San Pedro y San Pablo. Encima de esa puerta hay una ventana, que ahora corresponde al coro, y más arriba el escudo de piedra de la monarquía española.

Mérida la ciudad blanca





¡Bienvenidos!

A la muy noble y muy leal ciudad de Mérida, la de Yucatán, en donde basta con poner los ojos en alguna de sus históricas calles, para sentirnos invitados a recorrerla bajo la sombra de los frondosos y coloridos árboles que la adornan.
Mérida fue fundada en la parte septentrional de la Península de Yucatánsobre los vestigios de un antiguo asentamiento maya conocido en la región como Ichcaanziho, cuyo significado es "cinco cerros". Con el tiempo cambió su nombre por el de T'ho y finalmente adoptó el de Mérida, debido a que las antiguas edificaciones mayas produjeron una fuerte impresión en los conquistadores, especialmente en Francisco de Montejo, a quien le recordaba las ruinas romanas que se conservan en la ciudad homónima de España. El 6 de enero de 1542 Mérida quedó formalmente fundada por don Francisco de Montejo "el Mozo", quien la dedicó a Nuestra Señora de la Encarnación, registrándose además en el acto de su erección como villa, a 70 familias españolas y 300 naturales como habitantes fundadores.
El asentamiento hispano recibió el título de "muy noble y leal ciudad", junto con su escudo de armas, el 13 de julio de 1618 por Cédula firmada por el rey Felipe II. El desarrollo urbano de la primitiva ciudad respondía a los dictados de la época, bajo un esquema cuadrangular con calles y manzanas trazadas a la manera de un tablero de ajedrez. Se ha dicho que uno de los primeros regidores fue quien la ejecutó, seguramente siguiendo un plano proporcionado por su fundador Francisco de Montejo, quien por el nombramiento de su padre reservó para su familia un gran terreno al sur de la plaza mayor, para la construcción de su residencia.
Hacia los cuatro puntos cardinales de la citada plaza, la población quedaría dividida finalmente en cuatro secciones con sus barrios, mismos que además contaban con sus santos patronos, de tal forma que al sur queda San Sebastián, al poniente Santiago y Santa Catarina (hoy
parque Centenario), al oriente San Cristóbal y al norte Santa Lucía y Santa Ana. Prácticamente esta disposición determinaba de forma muy clara los barrios considerados de "extramuros" para los habitantes indígenas, mientras que el centro de la ciudad se reservaba para los colonos españoles.
El
desarrollo arquitectónico se vio rápidamente incrementado, principalmente por edificios religiosos erigidos por los evangelizadores, quienes construyeron ermitas, capillas, conventos y templos, la mayoría orientados hacia el poniente y dispuestos frente a hermosas plazas que en ocasiones funcionaron como atrios.
Mérida es una ciudad que se caracteriza por su arquitectura modesta y sencilla pero sobre todo es reconocida por sus materiales constructivos propios de la región que la hacen verse como una gran mole blanquecina que resalta aún más la iluminación del sol, aspecto que le ha valido el sobrenombre de Ciudad Blanca. Se ha pensado también que aquella modesta sencillez que viste a Mérida, se debe en buena medida a varios factores, entre los que se cuentan la influencia de los franciscanos, la exigua estructura urbana con calles estrechas y la remembranza de algunos antiguos pueblos castellanos andaluces en la memoria de quienes lo construyeron.
De cualquier forma, muchos de los edificios han conservado su aspecto original, con vestigios de estilos enriquecedores como el barro, churrigueresco neoclásico. Todos con un interesante desarrollo que denota un particular estilo regional, aunque algunos otros fueron afectados por el estilo afrancesado que imperó en México durante siglo pasado. En cada uno de las edificaciones, que podrían ser consideradas monumentos, se percibe paso a paso la historia de la Muy Leal Ciudad de Mérida. Si viene a visitarnos, no le quedará duda alguna de la belleza de nuestro Estado.